Nueva exposición en Caja Mediterráneo. CAM

El próximo 23 de Octubre y hasta el 21 de noviembre, Caja Mediterráneo nos permitirá mostrar en la Sala de la Obra Social en Benidorm, sita en el C/ Alameda 17, la ampliación de la Exposición Geografías de lo Humano. Esta vez contando con la participación adicional de los artistas Emilio Roselló, Sánchez Luna y Grisel Manrubia.
Por lo tanto la muestra queda configurada de la siguiente manera a modo de cartografía;
Luisa Pastor, inicia el recorrido con sus poemas visuales acercándonos a la lágrima provocada por un recuerdo nostálgico de lo que pudo haber sido y no fue, o fue y quedo tan lejos que al final solo provoca añoranza. Mª Carmen Zaragoza, analiza la identidad del ser humano desde la mancha de nacimiento sobre la piel, sin embargo su trabajo se extienden hacia la introspección, su pasión por Frida Kahlo queda latente. Las siluetas son obra de Hugo García, marcando un contorno que vacía o llena según cree conveniente, el ser humano se impregna de lo que acontece a su alrededor, se deja inundar del todo o de la nada. Mario Romero con su grupo de esculturas exploradores de la serie “Buscando al hada”, nos muestra ese mundo imaginario en el que buscamos un pretexto para seguir soñando. El trabajo de investigación desarrollado en el campo de la fotografía digital por Amparo Pons, analiza desde la abstracción lo más resistente y frágil del individuo, es decir, su la estructura ósea, bien es cierto que este es simplemente un referente pues nos da pie a una lectura autónoma. Antonio Navarro con la rotundidad aterciopelada del negro obtenido mediante el grabado al carborundo, presenta sus últimos trabajos algunos de ellos estampados en el Guanlan prints Base, China, de la serie Los abismos del alma, donde ahonda en la soledad del individuo ante la inmensidad del universo. Grisel Manrubia convierte el material usado en sus esculturas en estrofas de un poema que hablan de lo íntimo. Alfonso Sánchez Luna, desde la gráfica nos acerca a su personal visión del Erebo, esa región del inframundo que Virgilio relata en La Eneida, donde el dominio de la técnica le permite crear unas imágenes con una intensidad cromática extraordinaria, así como desvelarnos parte de su ser. Por último Emilio Roselló nos aproxima al paisaje de la memoria. Sus fotografías resultan enigmáticas fruto de esa memoria plagada de los recuerdos y las experiencias, tal vez con premeditación y nocturnidad. Un paisaje que nos atrapa y obliga a observar con detenimiento por si en algún recoveco nos sorprendemos viéndonos agazapados fruto del recuerdo del artista.
La muestra como en las ediciones anteriores, Auditori de la Mediterránea La Nucia, Sala La Barbera, La Vila Joiosa, cuenta con la colaboración de Antonio Valero, el cual conduce al espectador a través de las notas musicales por todo el recorrido. Añadiendo de este modo un elemento sensorial a la muestra visual.

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